El legado triunfante de David Rockefeller y Jacob Rothschild

Lord Jacob Rothschild y David Rockefeller, fotografiados en la residencia de este último.Fotografía de Annie Leibovitz.

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Pocas familias han resistido la prueba del tiempo como los Rockefeller y los Rothschild. Los Rockefeller: fundadores de la Standard Oil Company en 1870 y una empresa de gestión de patrimonios en 1882; filántropos de vasta generosidad tanto en las artes como en las ciencias, son considerados dinero viejo en Estados Unidos. Pero son algo nuevos en comparación con los Rothschild, un nombre en la banca que comenzó a fines de la década de 1790 y una familia cuya huella es grande y de gran alcance en las instituciones de arte de todo el mundo. Hace tres años, en mayo de 2012, las dos dinastías se unieron en un acuerdo que fue silenciosa y poéticamente trascendental.

El trato fue hecho por dos hombres notables: David Rockefeller, que ahora tiene 99 años, y Jacob Rothschild, Lord Rothschild, cuarto barón Rothschild, que tiene 78. Dos leones en invierno, se conocen desde hace 50 años; también han tenido vidas paralelas, creciendo en grandes propiedades y rodeados de una abundancia de arte, antepasados ​​y hermanos. David fue a Harvard y a la London School of Economics y obtuvo un doctorado. de la Universidad de Chicago. Jacob se graduó de Eton y Oxford. Ambos se lanzaron a carreras en finanzas.

El trato es sencillo. RIT Capital Partners, liderado por Rothschild, compró una participación del 37 por ciento en Rockefeller Financial Services. En un mundo de fusiones de miles de millones de dólares, esto es pequeño. En la historia, es enorme. Como dijo Michael Bloomberg, que tiene más dinero que Rockefeller y Rothschild juntos, si mi padre supiera que conozco a David Rockefeller y Jacob Rothschild, estaría muy orgulloso.

Sospecho que es en la filantropía y la preservación del arte donde estos dos nuevos socios serán aclamados: David, por supuesto, para el Rockefeller Brothers Fund y el Museo de Arte Moderno (donde su madre, Abby Aldrich Rockefeller, desempeñó un papel tan destacado); Jacob, por su parte, como presidente de la junta de fideicomisarios de la National Gallery, el National Heritage Memorial Fund y el Heritage Lottery Fund. El legado de sus hechos plantea una pregunta: ¿quién, una vez que se hayan ido, asumirá el mismo compromiso con la preservación del pasado y la ciencia del futuro?